COMO CURTIR UNA PIEL DE VENADO PASO A PASO
Retira toda la carne de la piel del animal. Cuando se haya enfriado extiéndela en una roca plana o en frío. Coge un cuchillo para retirar todo el residuo. Es muy importante retirar toda la carne de la piel para que no comience a pudrirse. No esperes mucho para retirar la carne de la piel.
Si comienza a descomponerse, no resistirá el proceso de curtido.
Usa una herramienta de despellejado para rascar la carne de la piel. Las herramientas puntiagudas podrían perforar y dañar la piel.
Frota la piel con sal sin yodo. Esparce una capa de sal gruesa para absorber la humedad de la piel. Usa de 1,5 o 2 kg de sal, dependiendo del tamaño de la piel y cúbrela entera.
Remoja la piel en agua. Remoja la piel en agua limpia hasta que esté flexible. Esto contribuye a que absorba los químicos de curtido. Pela la piel interior que se ha secado.
Reúne los ingredientes de la salmuera. Es un paso esencial en el proceso de curtido.
- 8 litros de agua
- 7 litros de agua de hojuelas de salvado. Hirviendo échala sobre ½ kilo de salvado en hojuelas, - debe reposar una hora y después se cuela.
- 8 tazas de sal (sin yodo)
- ¼ de taza de ácido fórmico
- 1 caja de bicarbonato
- 2 botes de basura grandes
- 1 palo largo para revolver y manipular la piel.
Curte la piel. Pon la sal en un bote de basura y 8 litros de agua hirviendo. Añade el agua de hojuelas de salvado y revuelve hasta que la sal se haya disuelto. Añade el ácido fórmico. Pon la piel en el bote de basura, empujándola con el palo para que quede cubierta por el líquido. Deja que remoje por 40 minutos. Quita la piel de la salmuera y drénala.
Neutraliza la salmuera. Añade 30 gramos de bicarbonato por cada 4 litros de agua para cubrir la piel en un bote de basura grande. Pon la piel en la solución neutralizadora y muévelo por veinte minutos. Saca la piel de la solución, enjuaga y escurre.
Aceita la piel. Termina de enjuagar la piel y cuélgala sobre una viga para que escurra. Frótala con aceite de pata de buey para acondicionarla.
Estira la piel. Cuelga la piel en un secador de pieles para terminar. Colócala al sol para que seque. Luego, la piel debe sentirse seca y flexible. Recórrela con un cepillo de alambre hasta que tenga una apariencia similar a la gamuza. Deja que seque por completo, deberá tardar unos cuantos días más.
Retira la carne de la piel. La primera parte es retirar todos los trozos de carne de la piel. Así facilita colocar la piel en un banco para despellejar. Rasca todos los trozos de carne y de grasa de la piel con una herramienta de despellejado.
Enjuaga la piel. Lávala con agua limpia para quitar la tierra, la sangre y los residuos de carne. Puedes usar jabón de castilla u otro tipo de jabón hecho de sustancias naturales para suavizar la suciedad.
Deja que la piel seque. Asegura la piel en una rejilla de secado y colócala fuera por unos días para dejar que seque antes de sumergirla en fluidos.
Pueden comprarse en tiendas de caza sirven para sostener la piel mientras seca, es una estructura de madera.
Pueden comprarse en tiendas de caza sirven para sostener la piel mientras seca, es una estructura de madera.
Quita el pelo. Se usa una cuchilla de acero redondeada con mango para rascar la piel del pellejo a contrapelo. Esto ayuda a que la solución de curtido se absorba mejor.
Prepara la solución de curtido. Coloca el cerebro del animal y una taza de agua en una cacerola. Cocina la mezcla hasta que el cerebro se vuelva líquido. La mezcla debe parecer una sopa y sin grumos.
Curte la piel. Primero lava la piel con agua para quitar cualquier residuo y cabello y hacer la piel más manejable. Exprímela entre dos toallas para quitar el exceso de humedad. Luego, vierte un poco de la mezcla en la piel y frótala con las manos.
Cuando termines de aplicar la mezcla, enrolla la piel y colócala en una bolsa.
Ponla en el refrigerador por 24 horas para dejar que los sesos penetren.
Cuando termines de aplicar la mezcla, enrolla la piel y colócala en una bolsa.
Ponla en el refrigerador por 24 horas para dejar que los sesos penetren.
Suaviza la piel. Para evitar que la piel se ponga demasiado rígida, es necesario suavizarla masajeándola. Sácala del refrigerador y colócala en la rejilla de secado. Limpia el exceso de los sesos. Recorre la piel con un palo largo una y otra vez para suavizarla hasta que se ponga suave.
Otra forma de suavizarla es retirarla de la rejilla de secado y trabajar con un compañero para frotarla una y otra vez sobre un tronco.
Ahúma la piel. Cose la piel en los lados. Cierra un extremo para que se mantenga el humo dentro. Cava un agujero y coloca el extremo abierto de la bolsa de piel sostenida con palos. Arma una fogata en el agujero dentro de la bolsa, para que el humo suba y ahúme la piel. Cuando las llamas se hayan consumido y comience a humear, pon trocitos de madera para crear más humo. Cierra la parte abierta y deja un pequeño conducto por el que alimentar el fuego. Transcurrida media hora voltear la bolsa para ahumar por el otro lado.
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